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Escondido en esta foto en la corteza del tronco de un árbol, el captador PIRO se disimula a la perfección en el entorno. El logger se esconde enterrado en el suelo, dentro de una arqueta diseñada para ello. El sensor PIRO es muy compacto (10 cm aprox.), discreto y estanco (IP 68). Se ha concebido para confundirse con el entorno y camuflarse fácilmente, lo cual limita el riesgo de vandalismo.